Mucho se habla acerca de la posibilidad de establecer el sistema de doble vuelta (ballotaje) en el sistema electoral de nuestra provincia. Desde mi postura creo que es conveniente analizar algunos aspectos técnicos y políticos al respecto para abordar la temática de una manera constructiva y seria, intentando de esta forma elevar la calidad del debate.
Primero que nada, Río Negro es una de las 20 provincias que no contempla el sistema de ballotaje. Los restantes cuatro distritos que sí reconocen esta técnica, la receptan en su constitución y es regulada en específico por sus leyes o códigos electorales, así es el caso de Tierra del Fuego, Chaco, Corrientes y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En cambio, la Constitución de nuestra Provincia establece en su art.173 que “el gobernador y el vicegobernador son elegidos directamente por el Pueblo a simple pluralidad de sufragios”.
De esta forma nuestra ley fundamental marca un único sistema de elección, y no otro.
Por lo tanto, si lo que se pretende es modificar el sistema establecido en nuestro plexo constitucional sobre la forma de elegir al Gobernador de la Provincia de Río Negro, de ninguna manera se podría realizar vía la sanción de una ley que vaya contra la letra de la carta magna y del espíritu de los convencionales constituyentes.
Evidentemente, esto sería clara causal de una declaración de inconstitucionalidad de parte de un Poder Judicial que debe demostrar su independencia del poder político.
La alternativa que surge ante esta situación es modificar el texto constitucional. Para ello, las vías legalmente posibles son dos: Hacer una alteración completa o en bloque mediante una reforma, o por el contrario modificar solo un artículo y sus concordantes mediante una institución denominada “enmienda o réndum”.
Ambos modos de afrontar la reforma están detallados en los artículos 111 y 119 de la Constitución, los cuales recomiendo leer. Tanto uno como otro, resultan por demás engorrosos, llevaría a la ciudadanía a meterse en un túnel de debates estériles, dado que será necesario convocar a elecciones generales específicas convocadas al efecto durante este año o principios del próximo (dado que no puede mezclarse con las elecciones del año 2019 para elegir candidatura provincial alguna), surgiendo a simple vista el dispendio económico y temporal que conlleva la puesta en marcha y sostenimiento de todo una estructura de reforma.
Ahora bien, es necesario preguntarse si realmente esto es lo que esperan los rionegrinos de sus representantes. Si la confianza depositada en ellos fue para verlos desvelarse pensando en cómo alterar las reglas de juego, o si por el contrario la ciudadanía espera que estén abocados a su verdadera función que es administrar la cosa pública.
Creo yo que las prioridades son claras y son otras. La situación es muy dura y la sufren las víctimas de los tarifazos y los ajustes permanentes, quienes carecen de servicios esenciales para la vida como gas y luz, la crisis cotidiana de los productores que compiten con la fruta importada, las generaciones venideras que heredarán cuencas irreversiblemente contaminadas y la creciente extranjerización de tierras, entre otras problemáticas.
¿Ballotaje? ¿Quién tiene tiempo para pensar en esto ante semejante panorama?
*DR. ERNESTO MONTECINO ODARDA. ABOGADO. PARTIDO RIO