Como expresé el lunes por la noche durante mi visita al Hospital de Viedma y lo reafirmo en cada recorrido por las salitas y hospitales, la salud pública en Río Negro no da para más. Hoy, con la renuncia de la Ministra Ana Senesi, queda en evidencia la grave situación que atraviesa nuestro sistema de salud. Sin embargo, la verdadera responsabilidad recae en el gobernador Alberto Weretilneck.
En sus 12 años de gestión, Weretilneck ha llevado a cabo un vaciamiento total de la salud pública, mientras el sector privado ha crecido exponencialmente. Esta situación ha dejado a nuestros hospitales y Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) sin medicamentos esenciales como aquellos para la presión arterial, sin gasas, y sin el personal necesario para brindar una atención adecuada. Muchos profesionales han optado por el retiro voluntario ante las pésimas condiciones laborales.
Es una vergüenza el estado de hacinamiento que sufren tanto el personal como los pacientes en nuestros centros de salud. La solución no es la salida de la Ministra Senesi, sino que el gobernador debe dejar de destinar recursos a vanidades y priorizar la salud pública.
Como legislador provincial, legítimo representante del pueblo, exijo que se tomen medidas urgentes para revertir esta situación. Los rionegrinos merecen un sistema de salud público fuerte, que garantice una atención digna y de calidad para todos.