Dos hombres que eran policías provinciales en actividad y una mujer que era retirada de esa fuerza de seguridad fueron declarados culpables del delito de caza ilegal de un guanaco, que es una especie protegida según las leyes de conservación de la Fauna Silvestre.
El hecho fue detectado la noche del 13 de septiembre de 2020 en un control de rutina que se realizaba en la Ruta 6, en el Destacamento de Seguridad Vial de Paso Córdoba, a cargo de personal policial y de la Dirección de Fauna, donde les secuestraron las piezas del animal despostado, armas de fuego y cuchillos.
Además del delito de caza ilegal agravada por el concurso premeditado de tres personas, el grupo fue declarado culpable de los delitos de desobediencia y violación de las medidas sanitarias por la pandemia de Covid 19, puesto que el hecho se cometió durante el período de aislamiento social obligatorio.
En el juicio, tanto el fiscal Gastón Britos como la parte querellante, representada por la Fiscalía de Estado de Río Negro, solicitaron la culpabilidad de las tres personas por violar la Ley Nacional de Conservación de la Fauna Silvestre (ley N°22.421), que prevé penas de prisión e inhabilitación para diversos delitos relacionados con la caza furtiva. Además invocaron la Ley Provincial de Fauna Silvestre (Ley N°Q2056) y la Resolución 041/2020 de la Secretaria de Ambiente, Desarrollo Sustentable y Cambio Climático de la provincia. Esas normas, entre otras medidas, prohíben la caza de guanacos de por tratarse de una especie protegida.
Según se acreditó, el guanaco despostado fue hallado en el baúl del auto que conducía la mujer, mientras que las armas largas (dos carabinas con mira telescópica), dos armas reglamentarias policiales y dos cuchillos manchados con sangre fueron halladas en la camioneta en la que circulaban los dos hombres, quienes se detuvieron detrás del auto de la imputada en el puesto de control.
El juez de Juicio Emilio Stadler dio a conocer ayer el veredicto de culpabilidad y sostuvo que “analizados de manera conjunta e integral los elementos de convicción, se deriva sin esfuerzo de ninguna naturaleza, pese a circular en dos rodados distintos, el actuar conjunto de los tres imputados”.
El juez dio por probado que el guanaco había sido “cazado, muerto y despostado momentos antes del procedimiento que derivó en su incautación” y que todas las armas secuestrada eran idóneas para cazar. La próxima etapa del proceso es el juicio de cesura, en el que se definirán las penas que corresponderá a cada una de las personas imputadas.